Cuento árabe

A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un viejecito que se encuentra descansando:
--¿Que clase de personas hay aquí.El anciano le pregunta:
--¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tu vienes?
---"Oh, un grupo de egoístas y malvados-- replicó el joven--- estoy encantado de haberme ido de allí. A lo cual el anciano comentó:
--Lo mismo habrás de encontrar aquí.
Ese mismo día otro joven se acerco a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
--¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta:
--¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tu vienes?
--"Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.".
"--Lo mismo encontraras tu aquí", respondió el anciano.Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:
--¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta? A lo cuál el viejo contestó:
--"cada uno lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquél que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquél que encontró amigos allá podrá encontrar amigos acá, porque a decir verdad, tu actitud mental es lo único en la vida sobre lo cuál puedes tener control absoluto.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola Helena!
la verdad es q la actuacion fue super anecdotica y seguro q no la olvidamos nunca,ademas de lo bien q lo pasamos despues,a ver cuando repetimos...
MUCHOS BESITOS!!!
Helena Rull ha dicho que…
Sí, la verdad es que lo mejor vino después. Porque la verdad todo el altercado de la votación democrática en el Festival reivindicativo me estaba provocando un poco de nervios. Sentía que estábamos ejerciendo la democrácia en pleno Comunismo ruso. Al final todo quedó bonito y divertido.
Muchos besos.

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