Marruecos mi amor
En Tánger, en busca de la fanta de naranga deseada...

Imaginaos que teneis un amante, un amor, un novio... como queráis llamarlo que adoréis, y el día anterior os hace una de esas perrerías que hacen que te fumes medio paquete de tabaco, o en mi caso (que no fumo) aprietes los puños más de 100 veces (y más con ese sindrome de abstinencia persistente de los ex fumadores empedernidos...). Pues eso es lo que me ocurre con Marruecos. Yo, enamorada de su gastronomía (principalmente), de su paisaje y de su hospitalidad, hace que a veces me enfade y diga cosas que al día siguiente me arrepienta. Suelo criticar lo de aquí, sin atreverme a hablar de lo que no es mío, pero después de tantos años siento Marruecos como mi país, por lo que me dá derecho a mi parecer subjetivo e irracional a criticarlo. -Por cierto, que no consiento que me hablen mal de ellos fuera de su país, igual que no lo aguanto cuando critican a los españoles al estar fuera de España-.
A ese chico guapetón marroquí que ligotea con alguna de mis amigas/o alumnas, y juguetea con la cultura occidental equivocándola como demasiado liberal, sólo decirle que está muy equivocado con las españolas, le digo que aunque hayamos adquirido libertad y derechos, no adaptamos el libertinaje en nuestra forma de vida. En fín..., a esa cultura que amo, sólo le pido que respete y admire el comportamiento de las mujeres de hoy en día en España, que no lo confunda y que comprenda la lucha realizada hasta poder haber llegado aquí (aunque mucho nos queda), que la mujer es igual en cualquier país, que pensamos igual, y nos comportamos según la libertad nos otorga la sociedad. Hoy estoy enfadada con el chico marroquí ligoncete, a pesar de mi amor a Marruecos. No os quiero decir como de enfadada he estado con el comportamiento de los españoles en muchas ocasiones siendo mi tierra,...
Cabe mención de agradecimiento a los miles de chicos marroquíes que han sufrido las perrerías (entre muchas las mías) de las mujeres caprichosas, y valorarle el romanticismo y la paciencia.
Comentarios
Qué razón tienes en tu entrada!!. Por unas pocas que van a lo que van...creen que todas somos iguales. Pasa en Marruecos, Túnez, Egipto y un largo etc. En nuestra mano está que se cambie de opinión y tu entrada es un pequeño paso para ese logro.
Besos y abrazos desde Gijón,
Aunque si tuviera que dejar mi querida Granada, probablemente me iría a Galicia, no sé que decirte de irme a Marruecos, ah, pero se come muy bien... pero odio la falsa moral y la falsa religión. Odio esa dictadura en la familia porque he visto con mis propios ojos cómo chicas adolescentes en marruecos ponían somnifero en la sopa a sus padres para escaparse a la discoteca. Odio la gran diferencia de clases sociales. Cómo la familia se destroza por la droga, o por que los hijos emigran por su amor a lo que ven en la satélite... Pero bueno tú llevas 15 años observándonos y por eso sigues aquí.
Por otra parte la droga y el emigrar hace mella especialemente por la tremenda falta de oportunidades existentes en el país.Pero imagina que no existiese el consuelo de la Religión(Nadie podría con su desesperanza).
La comida fabulosa, natural y exquisita en eso coincidimos.
Llevo "exiliado" unos pocos años en Rabat y lo que tengo no lo cambio por nada de la "civilización", nada tiene que ofrecerme Europa, sólo consumismo, leyes estúpidas y una absoluta falta de valores y humanismo.
A pesar de las lógicas carencias de las que adolece Marruecos, se es mucho más feliz aquí que en la opulenta y vacía España.
Saludos del renegado de Rabat.